El brasileño, un ídolo para el beticismo, llegó a España en el año 2000 de la mano de Víctor Fernández y el Celta, próximo rival de su ex equipo. Pese al cariño por el club gallego, afirma a ED que va con el Betis.
- ¿Qué tal le va en Brasil?
- Bien, de momento muy bien, muchas gracias.
- ¿Tiene morriña de España... de Sevilla...?
- Sí, más de lo que pensaba. No es tan sencillo acostumbrarte a no vivir en España después de tanto tiempo allí.
- ¿Verá este domingo el partido entre dos de sus equipos más queridos, el Celta y el Betis?
- No sé si podre verlo, pero me enteraré seguro del resultado y ojalá sea una victoria del Betis.
- Cómo han cambiado las cosas para que Celta y Betis, dos clubes históricos de Primera se vean en Segunda...
- Si, lamentablemente fue así. Ojalá el Bétis vuelva esta temporada a Primera y el Celta pueda lograr el ascenso en un futuro muy próximo.
- ¿Cuáles cree que han sido los errores que han cometido uno y otro equipo para verse así?
- Cuando pasa algo de esto, está claro que se cometen errores en los que están involucradas todas las partes. El error del Celta fue no planificar mejor el año de la Champions. En el Betis, hizo mucho daño el hecho de estar tres años seguidos hablando más de asuntos extradeportivo que de lo que realmente interesaba; que era lo deportivo. Al final, aquella situación terminó acabando mal...
- La falta de planificación para jugar la Champions fue también el fallo del Betis. ¿No cree?
- Por supuesto que sí; por más que puedan decir que no, eso es verdad.
- ¿Qué hubiese cambiado de uno y otro equipo para intentar evitar todo esto?
- Lo que hubiese hecho falta siempre que estuviese al alcance de mi mano.
- Celta y Betis tienen dos cosas en común: Víctor Fernández y Luis Eduardo Schmidt. ¿Cómo fue su relación con el míster?
-Fueran años en los que disfruté mucho jugando al fútbol, se jugaba muy bien. Víctor fue mi primer entrenador en Europa. En mi primer año fue un poco difícil. Yo quería jugar más y a veces no entendía por qué me dejaba fuera del once. Ahora sé que era por mi temperamento. Aún era un poco inmaduro. Eso y que por delante de mí tenía a gente como Mostovoi, Karpin, Gustavo López, Catanha, Jesuli... Reconozco que eso me hizo crecer dentro del fútbol. El segundo año jugue más y mejor.
- ¿Qué parte de responsabilidad tuvo Víctor en que el Celta llegara al nivel que alcanzó?
- Creo que mucha. Su mérito fue dar continuidad a un proyecto que estaba haciendo el Celta y mejoró lo que ya había. Tenía a Eduardo Domínguez como preparador físico y le ayudaba mucho. Víctor logró imponer un estilo de fútbol bonito y diferente, acorde con los jugadores que tenía.
- ¿Cómo era Víctor en aquella época en Galicia?
- Bueno, era mucho más joven (risas). Era uno de los entrenadores más jóvenes de aquella época; pero ya demostraba tener las ideas bastante claras en relacion al fútbol que quería ver en su equipo.
Puede leer la entrevista completa al ex bético Eduardo Smichdt en la edición impresa de ESTADIO Deportivo.
